No te construyo,
te destruyó
de construirte se le fue la vida
haciendote pasar por invencible
cuando ni siquiera existes.
Esa idea, ese prototipo de telenovela
se deforma ante mis ojos,
entre tantos esteroides,
tatuajes y maquillaje
que te hace ser hasta parte de mis compentencias
en mis abordajes.
De construirte
se me iba el sueño,
sin siquiera soñarte.
De adonis a masoquista
te deslizas docilmente
de estrella de cine a mercancía.
Rodeado de las apariencias
pareciera que desaparecieras
aun cuando, a multitudes floreces
y en un producto en serie
terminas formando parte de esos miles de anaqueles.
Estatico y casi hasta inconmovible
muchas veces me pregunto:
Cuánta falta hace para que tu corazón tambien sea de plástico?
Cinco gramos de polietileno
y habremos acabado con el gran reto del Genoma Humano.
Jessica T.M.