viernes, 21 de febrero de 2014

VAMOS JUNTOS A DILUIR EL ODIO


Estamos claros que esta guerra es igual a todas las guerras, su objetivo es el poder, verdad de catedral. La única diferencia es, como dice Sun Tzu en El arte de la guerra, “la guerra es muy antigua, por eso siempre será nueva”.
Estamos frente a una modalidad de guerra en donde las trincheras son difusas, donde el principal frente es el cerebro colectivo.

Las transnacionales han logrado apoderarse en Venezuela del cerebro clase media, potenciando el miedo, uno histórico con una casi incurable carga de años, salvajemente explotado y usado a conveniencia, hasta lograr convertirlo en odio irracional, imposible de curar.

Sólo por la vía de la disolución en el tiempo se desarma el dispositivo de odio que hace que cualquier acto de guerra, de parte de las fuerzas que pugnan por cambiar, se convierta en detonante, y que estas masas enfermas, en estado demencial, produzcan su propia muerte, al destruirse en una vorágine que sacie el odio fabricado.

Debemos aislar, en función de saber preservar la vida, a aquellos que tratan de generar y propagar más odio.

Frente a eso, la propuesta es juntarnos y juntar a todo aquel que trabaje con el arte, la palabra, y la música, para crear diseños que contribuyan al objetivo de diluir el odio. A todos los organizados en distintos gremios, a todos los productores, en general, a todo el pueblo.

El Estado o Directorio Revolucionario ha actuado de acuerdo con esta situación, desenmarañando cada situación difícil (como el caso de las jugadas magistrales de negociar la entrega de López y acordonar con mujeres policías una concentración) que a todas luces, y con el concurso de agitadores y provocadores entrenados, organizados y pagados por los verdaderos interesados, fácilmente pudo desbocar y provocar el objetivo de guerra: la guerra total, la Venezuela muerta y postrada.

Pero esta guerra, por las propias características actuales de su novedad, ya no involucra sólo a los ejércitos y sus colaboradores, o al aparato del Estado, sino que su objetivo es el asesinato de las tres cuartas partes del planeta, aquellos que ven en la gente, mercancía viva y que llaman eufemísticamente daño colateral; esa cómoda guerra de los dueños del mundo que buscan la eliminación del estado burgués en cualquiera de sus variantes en todo el planeta porque ya no les sirve para sus planes de máximo control dictatorial.
Es a la gente a quien toca asumir la responsabilidad de diluir el odio, de evitar que los dueños construyan ejércitos con nuestras filas; es vital para eso mantener la unidad real de nosotros como pueblo, condición fundamental para evitar que se desate la guerra fratricida, civil, a distancia (proxy war, o sea, la llaman en el Pentágono): la muerte sin distinción es su objetivo primordial. La guerra de poltrona y paltó.

Es verdad que podemos arrasar al este en un día de furia, ¿pero cuántos años nos durarán las consecuencias de estas acciones? El Comandante nos enseñó a esquivar el odio hasta en los momentos que parecían imposibles, decirse chavista y no aplicar sus máximas prácticas es un contrasentido: y no estamos hablando de poner otra mejilla, sino de saber combatir.

Debemos profundizar las tareas de organización, de propaganda e inteligencia popular (sí, de esa, y de la otra también) fundamentalmente en el seno de los barrios, campos y pueblos, explicando la situación, organizando conversas, en función de la comprensión amplia, real y total de esta (nueva) situación (así lo de “nuevo” no sea tan obvio), alertando con informaciones precisas a toda la población.

En medio del marasmo, la verdad nos sostendrá como revolucionarios. Y una verdad se ejecuta en juntos, en nosotros.

Los que puedan entrar en las redes sociales deben hacerlo, pero entendiendo que no es el principal foco para diluir el odio, sino que debe hacerse con mucho cuidado, evitando terminar siendo presa de lo que queremos diluir.

Siempre hay que recordar que más propensos estamos a la guerra de confrontación que a trabajar por diluir las condiciones que la producen; héroe no será en esta guerra quien más disparos realice, sino quien mas desactive situaciones de guerra.

El Cayapo / Misión Verdad
http://misionverdad.com/?p=4010


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